viernes, 1 de mayo de 2015

Amor Difícil… o mejor dicho… “la parte difícil de este amor”.

Muchas veces en la vida amamos a una persona que es de otro mundo diferente al nuestro, pero que en cierto punto complementa al “mundo total” en el cual vivimos. Tal cual el fuego y el agua… el aire y la tierra. Y así en la fusión misma de estos 4 elementos.

Esta fusión de dos elementos absolutamente diferentes nos atraen, pues es en esa diferencia que encontramos “eso” que también nos enamora, por ser diferentes a nosotros mismos.

El problema, esta cuando el nodo negativo de “esa” parte que nos atrae, (o sea la partecita de eso mismo que nos distancia y que repudiamos), nos apaga, nos aleja y nos lastima, a esto yo lo llamo:

Amor Difícil… o mejor dicho… “la parte difícil de este amor”.

Un amor que cuando uno ve al otro sabe, y siente, que es un gran amor, pero que es tan diferente a uno que es imposible llegar a compartir en plenitud, pues en esta plenitud, se lastimarían el uno con el otro, ya que son de dos naturalezas diferentes.

Son amores que ahondan en el alma, pues enamorarnos de alguien que maneja nuestros códigos y nuestros tiempos sería mucho más fácil, entendible y coherente… sabemos lo que quiere, lo que le gusta, lo que anhela en cada encuentro, y todo es más simple.

Pero… muchas veces no tiene “eso” que tiene el amor difícil, que encuentra en cada encuentro “algo nuevo” por descubrir… pues, es este amor, proviene de un mundo totalmente ajeno al nuestro.

Se nos cruza por la mente alejarnos, volver, y luego alejarnos nuevamente.

Cuando nos alejamos sentimos que encontramos la paz en nuestro mundo propio, y hasta quizás con nuestros pares, y sentimos que no es necesaria la presencia de este otro “elemento” en nuestras vidas… Pero… sin embargo, algo nos ata a su presencia, y ese algo, es “haber conocido”. Un algo… que luego de conocerlo, al faltarnos, sentimos que nos falta un fragmento nuevo de nuestro Ser, pues, ya permitiendo la entrada de este mundo nuevo a nuestro mundo, un nuevo espacio es generado emocionalmente, y no de una manera simple, pues este espacio, es complejo… único y diferente. Un espacio… que solo puede ser ocupado por ese amor difícil, u otro de su misma naturaleza.

Una vez que conocemos al otro elemento, por más que este nos allá herido en su acercamiento tan profundo, queda una marca de consciencia para siempre. De haber conocido algo diferente, a lo que ya conocíamos.

Este tipo de vínculos, es sumamente enriquecedor para la vida, pues vamos sumando experiencias, un poco traumáticas quizás (por lo que representa exponerse a un roce profundo con el otro elemento), pero enriquecedoras en fin. Ya que sumamos a nuestra vida, el don de ver más allá de nuestros ojos, de nuestro mundo, de nuestro entorno, y de lo que ya conocemos desde nuestros orígenes mismos.

Este encuentro de dos mundos puede generar un mundo nuevo, mágico, cuidado y respetuoso entre ambos, ya que ellos saben que un roce profundo desde “ese” nodo negativo puede herir al otro, y en la consciencia de la experiencia vivida estos saben ya que deben de cuidarse… o bien también puede vivirse como una experiencia que será recordada por el resto de los días, hasta el final de nuestro tiempos desde un acto cobarde de no arriesgarse a vivir plenamente un encuentro único, mágico, cuidado y respetuoso como este.

Para que este mundo mágico, sea posible, debe de existir un nivel de consciencia supremo, absolutamente transgresor y multidimensional, pues el encuentro y la fusión de estos dos elementos pueden ser tan fuertes que ambos mundos podrían llegar a paralizarse entre la luz y la sombra… entre la luna y el sol… (“entre ella y yo”).

Dos mundos, dos enigmas, un mundo, una respuesta.

Amores como estos pasan muchas veces en la vida… diversidades transitan entre el basto encuentro de estas almas… diferentes colores de piel… diferentes religiones… diferentes sexualidades… diferentes filosofías de vida… y así todo…

EXISTEN.

Es más fácil decir basta a algo que nos gusta, y nos “lastima”, tildarlo de “masoquista” o “patológico” que arriesgarse a sentir este encuentro mágico, donde uno descubre al otro fuera del área de confort que estamos acostumbrados a transitar.

Pues, es tan fuerte la atracción y el roce de este nodo negativo es tan hiriente que atrae, ya que lo prohibido erotiza al alma, al Ser, porque el Ser, BUSCA y ANEHELA aprender más allá de lo mundano, aprender más alla de lo que esta acostumbrado a percibir o tocar espiritualmente desde el alma… y este busca evolucionar a un Ser superior SIEMPRE, pues instintivamente los seres humanos buscamos SIEMRPE desarrollar nuevas posibilidades para aventurarnos en nuestras vidas (aprender a nadar, a volar, a correr, tal cual otros seres de este planeta).

Entonces, por inercia misma… este cae una y otra vez al mismo lugar de atracción opuesta. Porque como dice el dicho “Los lados opuestos se atraen”.

Nada es destructivo en esta vida si uno se encarga de destruirlo.

Estamos cansados de escuchar que todo se destruye… que este mundo esta triste… que los mares se secan… que en la noche ya no se logran ver las estrellas…

Pero sin embargo seguimos destruyendo encuentros mágicos… pretendiendo encontrar a “esa” persona que nos haga sentir plenos en nuestro elemento, que sea algo más de lo que somos, porque solo miramos a través de nuestro ego, y lo que nuestro ego necesita, y no vemos más allá de lo que podemos descubrir en alguien alejado de nuestro ego mismo, de nuestra cotidianidad… entonces ahí, convertimos nuestro mundo en triste, secamos nuestros mares, y la noche se queda sin estrellas… ya la estrella fugaz, esa “diferente” no cae más… y todo parece “normal”.

En el encuentro de dos seres de un amor difícil, se encuentra muchas veces el verdadero amor, pues amar al otro en sus defectos y virtudes nos hace amar al otro desde el alma, comprendiendo no solo sus errores, si no además sus virtudes, pues el agua limpia, el fuego transmuta, el aire purifica y la tierra nutre. Como verán cada elemento tiene su encanto… y a pesar de sus lados oscuros (de los cuales también aprendemos en lo “difícil” de entender sus lenguajes) también… podemos sentir… que más allá de lo mundano, existe un mundo rico, que co-acciona con el nuestro para hacernos día a día un Ser más amplio, más puro y más evolucionado con la capacidad de poder sentir al otro, al menos por unos segundos, sin sentirnos lastimados nuevamente.

Amores difíciles son aquellos que nos hacen sentir vivos. Porque amamos… porque sentimos… porque sufrimos… porque perdonamos, porque vemos en el otro esa belleza en su esencia absolutamente diferente a la nuestra su seducción a nuestro Ser… porque sentimos que más allá de todo nos hace sentir que aun podemos amar, sentir, sufrir, perdonar y ver más allá de lo que nuestros ojos espirituales están acostumbrados a ver, desde el basto umbral de nuestro propio mundo.